Centro de desintoxicación en Málaga

¿Estás embarazada? ¿Bebes? ¿Quieres saber lo que podría pasarle a tu bebé si bebes durante el embarazo? De todos los estragos que causa el consumo de alcohol, uno de los más crueles, no sólo por su carácter irreversible sino porque son los niños quienes lo padecen, es el SAF o síndrome alcohólico fetal.

¿Qué es el síndrome de alcoholismo fetal?

El SAF es un síndrome que padecen los niños cuyas madres han bebido alcohol durante el embarazo.

El consumo de alcohol en una persona embarazada, puede ocasionar los mismos riesgos en personas que no lo estén. Durante la gestación, el alcohol supone un riesgo adicional al feto. Este causa daños en el desarrollo embrionario, ya que la sustancia atraviesa fácilmente la barrera placentaria, llegando al feto, que no es capaz de eliminar el alcohol como lo haría un adulto.

Según los últimos estudios, se ha revelado que el Síndrome del Alcoholismo Fetal no tiene cura, aunque si puede realizarse un diagnóstico precoz, antes de los 6 años de edad, que unido a un crecimiento en un entorno social estable, ayudaría a mejorar el cuadro del niño con SAF a largo plazo.

Nuestros especialistas en adicciones, se centran en los síntomas que el consumo de alcohol puede provocar en el desarrollo físico y psíquico que presenta el bebé a lo largo de su vida. Durante los 3 primeros meses de embarazo en los cuales el feto comienza a desarrollar su cerebro, la ingesta de alcohol supone un riesgo bastante peligroso. En estos meses evita que las conexiones neuronales del cerebro se formen adecuadamente. Sin embargo, durante los últimos meses de gestación, el consumo de esta sustancia afecta al sistema nervioso del bebé.

Síntomas del síndrome de alcoholismo fetal

Los síntomas en el feto, así como en la futura persona, pueden variar con respecto a la gravedad de los mismos. Estos pueden comprender tanto defectos físicos, como discapacidades a nivel físico o intelectual.

Consecuencias del síndrome de alcoholismo fetal

Las consecuencias del abuso de alcohol para el bebé pueden ser evaluadas por un médico desde muy corta edad. Los signos que indican que el niño/a padece este trastorno se evidencian en estas señales:

Problemas físicos:

  • Bajo peso al nacer
  • Retraso en el crecimiento y desarrollo natural de bebé
  • Disfunción orgánica
  • Anomalías faciales, incluyendo el tamaño reducido de los ojos, mejillas aplanadas e incluso surco naso labial poco desarrollado
  • Perímetro craneal más pequeño de lo habitual

Problemas cerebrales, conductuales o del sistema nervioso

  • Trastornos funcionales en el sistema nervioso central
  • Dificultad para desarrollar habilidades sociales, mantener relaciones de amistad e interactuar en grupo
  • Problemas de coordinación y motricidad
  • Dificultad en el aprendizaje, incluyendo poca memoria, incapacidad para entender conceptos básicos, escasa comprensión del lenguaje y baja capacidad en la resolución de problemas
  • Malformaciones, alteraciones craneoencefálicas
  • Comportamientos como hiperactividad, impulsividad, ansiedad, dificultad para concentrarse y retraimiento social
  • Falta de imaginación, de memoria

Los efectos producidos pueden ser distintos según el momento gestacional en el que se encuentre el feto. Si está en fase embrionaria (hasta 8 semanas de gestación) los riesgos son mayores en malformaciones y si se encuentra en periodo fetal (a partir de 8 semanas) se producen defectos neurológicos y crecimiento retardado.

El hecho de exponerse al alcohol podría dar lugar a la expresión completa del SAF o solo a una parte que se denominaría EAF (Efecto Alcohólico Fetal).

 

 

¿Cómo se trata el síndrome de alcoholismo fetal?

Cualquier cantidad de alcohol que se ingiera durante el embarazo, supone un riesgo muy importante para el feto. Se debe insistir en que no existe ningún nivel seguro documentado de ingesta de alcohol que evite un SAF. Cualquier mujer que consuma cualquier cantidad de alcohol tiene riesgos de tener un bebé con SAF, no hace falta que sea alcohólica, simplemente consumidora.

La única forma de evitar este problema es la prevención, no beber durante el embarazo. No existe ningún tratamiento específico para el SAF. Solo se pueden tratar sus síntomas como por ejemplo la cirugía para las malformaciones o el soporte psicopedagógico para las discapacidades cognitivo conductuales.

La detección precoz es fundamental para realizar un buen abordaje y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

Algunos de los niños adoptados que padecen SAF no son tratados correctamente al desconocer sus padres adoptivos los antecedentes alcohólicos de los padres biológicos.

Si se sospecha que un niño puede padecer un trastorno así, hay que consultar con un pediatra. La intervención temprana es fundamental y pedir una segunda opinión de un especialista en trastornos del desarrollo. Aunque, evidentemente, no beber durante el embarazo es la única forma de evitarlo.

No lo olvides, la salud de tu hijo está en tus manos.

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