¿Consumir porros todos los días es adicción? Parece que hay gente que lo hace y no les pasa nada. Pero esto no es real. El consumo diario de cannabis pasa factura. Hay personas a las que esa factura les llega muy rápidamente y otras más a largo plazo. Entonces, ¿cómo podemos saber si alguien es adicto a los porros?
Cómo saber si alguien es adicto a los porros
Fumar hachís o marihuana está aceptado socialmente tanto como el alcohol. Es la droga cuyo consumo sigue aumentando y no se estanca, como sucede con otras sustancias psicoactivas. Sin embargo en torno a un 10% desarrollarán adicción. En el post de hoy vamos a ver cuáles son los síntomas de la dependencia a los porros.
¿Cuándo se pasa de un abuso a una adicción a los porros?
El consumo de marihuana se ha banalizado porque, entre otras cosas, su síndrome de abstinencia es leve y por otro lado, porque se puede abusar y no llegar a desarrollar la adicción. Sin embargo este consumo abusivo también le va a traer consecuencias graves su sobre su salud.
¿Entonces cuándo se desarrolla la adicción? La dependencia a la marihuana o hachís, se diagnostica en el momento en que una persona no puede dejar de tomar la sustancia.
Perder el control sobre la misma es lo que define la adicción. En el momento en que una persona no puede decidir ha desarrollado esta enfermedad.
¿Hay personas que son dependientes y no lo saben? Hay consumidores de abuso que dejan de fumar durante un tiempo porque quieren demostrarse que no son adictos a la sustancia. O porque han decidido hacerse una limpieza sabiendo que no es bueno para el organismo.
Y, de hecho, pueden hacerlo porque el síndrome de abstinencia de la marihuana es leve. Se trata de nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, dolores de cabeza y un deseo de fumar. Se puede soportar.
Sin embargo, pueden estar sin fumar y soportan este síndrome de abstinencia porque en el fondo saben que van a volver a tomar la sustancia. La adicción es paciente y el cerebro puede esperar. Esto es así porque es la enfermedad del autoengaño: la persona cree que tiene el control porque deja de tomar un tiempo y entonces un día se busca una excusa para consumir.
No es que no pueda dejar de consumir es que decido tomar, se dice a sí misma.
Ahí está la trampa de la adicción. No es real. Se decide tomar porque su cerebro le exige tomar la sustancia, no porque él o ella lo hayan decidido.
El hecho no es cuánto tiempo se puede estar sin fumar sino el porqué uno tiene que dejar de hacerlo. El seguir consumiendo a pesar de las consecuencias negativas que el fumador está padeciendo por ese consumo es adicción.
Le trae consecuencias y esos problemas son los que hacen que una persona decida dejar de fumar:
Porque se nota que no le sienta bien psicológicamente, que no rinde bien en el trabajo, o tose mucho por las mañanas y tiene miedo de pillar una enfermedad respiratoria o cáncer de pulmón, nota que pierde la memoria, que no retiene las cosas, que no puede trabajar porque está hecho polvo, etc.
Tiene consecuencias importantes sobre la salud y afecta a las funciones cognitivas. Sobre todo si se ha empezado a fumar joven, que es en la mayoría de los casos.
Señales claras de que alguien es adicto
Es más fácil detectar la adicción en una etapa avanzada porque se dan casos extremos, por ejemplo:
- Si alguien ha tenido un brote psicótico por el consumo de estas sustancias, con su correspondiente hospitalización y, sin embargo, cuando se le pasa el susto empieza a fumar otra vez.
- O cuando a una persona conducir bajo los efectos de los estupefacientes le ha provocado graves consecuencias a ella o a terceros, y aún así sigue consumiendo con normalidad.
- Cuando se ha desarrollado una enfermedad psicológica propia del consumo del cannabis, como depresión o ansiedad y aún así el fumador no puede dejarlos.
Mientras tanto, y para no llegar a esa fase, lo mejor es fijarse en si el consumo de porros:
- Le trae complicaciones. La gente le advierte de que fuma demasiado y que se le nota.
- Entonces, miente sobre cuánto consume.
- Le señalan que el consumo le está afectando: la personalidad cambia
- Cada vez necesita más: aumento de las dosis y de las ocasiones.
- No hace nada ya que no tenga relación con fumar porros
- Siente una gran desgana y apatía por todo. Está desarrollando el síndrome amotivacional.
- Va abandonando responsabilidades porque prefiere seguir fumando
- Consume aunque sepa que no va a poder al día siguiente ir a trabajar o estudiar
- Se levanta de la cama porque siente la necesidad de fumar. Quizás por ello se queda en el sofá toda la noche. Esto trae sus horarios de cabeza.
- Está muy irritable. Esto se debe que está sufriendo el síndrome de abstinencia porque los tiempos en la adicción se acortan y lo tiene ya entre porro y porro.
- Ha aumentado su agresividad
- Se nota pensamientos muy negativos en el día a día