«Anda ya, ¡yo que voy a estar enganchado! si solo fumo los fines de semana». Puede ser la respuesta típica de un chaval o no tan chaval a la pregunta de ¿No crees que estas enganchado a los porros?. Muchos jóvenes se acercan a su consumo creyendo que no crea dependencia, sin embargo, los porros sí tienen potencial adictivo. Hay diversos estudios que relevan que la marihuana es la droga con el inicio más precoz. Como este tema despierta dudas en la población y hemos recibido varias consultas, vamos a desarrollar este artículo para conocer la capacidad real de crear adicción que tienen los porros de marihuana o hachís. Este artículo es la continuación del artículo «qué es el cannabis » el primero de la serie sobre esta droga.
¿Los porros crean adicción? ¿si o no?
Claramente Sí. Contrario a lo que se piensa, los porros si enganchan. Las investigaciones han demostrado que aproximadamente 1 de cada 10 personas que usan marihuana se vuelven adictas (Anthony, 1994; Lopez‐ Quintero, 2011). Este riesgo aumenta en aquellos que comienzan durante la adolescencia (a un riesgo del 17 por ciento, o a aproximadamente 1 en 6 personas) y en los que usan marihuana a diario (a un riesgo entre el 25 y el 50 por ciento (Hall, 2009a; Hall, 2009 b).L
Por lo tanto los porros si crean adicción pero queremos contarte en 4 puntos el por qué fumar porros realmente crea dependencia.
1 – ¿En qué reside su capacidad de crear adicción?
En su composición
Los derivados del cannabis son una droga clasificada como perturbador de la actividad del sistema nervioso central. Estos derivados serían la marihuana, el hachís y el THC (Tetrahidrocannabinol), el principal constituyente psicoactivo.
Un factor que parece importante para explicar el aumento de los casos de jóvenes en tratamiento por adicción puede ser las altas concentraciones de THC que se han detectado en la marihuana actual. Muy superiores, hasta un 80% más en los últimos años.
La marihuana de hoy es bastante más potente que la que se fumaba en los años 70. En esta línea están las últimas investigaciones científicas.
En el mecanismo de acción
El potencial adictivo reside en que el consumo de marihuana sobreestimula el sistema endocannabinoide. Es uno de los sistemas de comunicación intercelulares, de neurotransmisión. Tiene un papel muy importante en muchos aspectos de las funciones neuronales:
- el aprendizaje
- la memoria
- la emoción
- la alimentación
- el metabolismo
- la neuroprotección
- y el dolor.
Por supuesto, en el comportamiento adictivo, ya que el cerebro lo aprende, lo registra como su medio su método de supervivencia y lo va a procurar mantener a toda costa.
Por las modificaciones que realiza
Los diferentes cannabinoides psicoactivos con potencial adictivo actúan sobre el sistema nervioso alterando el sistema de gratificación y recompensa del cerebro. Estas modificaciones provocan la adicción. Enfermedad en la que el consumidor no puede parar de tomar la sustancia, a pesar de las consecuencias negativas que está teniendo sobre su vida y su salud.
Es decir fumar porros realiza modificaciones y alteraciones persistentes estructurales y funcionales en el cerebro. Más si se trata de un cerebro en desarrollo como es el caso de los adolescentes.
2 – Síndrome de abstinencia
Ya hemos hablado anteriormente en el blog del Síndrome de abstinencia, donde explicábamos que se trata de una respuesta del organismo al dejar las drogas, pues la dependencia que se ha creado hace que el cuerpo pida más de esa sustancia. Es por ello que se sabe que los porros enganchan, por que el hecho de dejar de fumar provoca un síndrome de abstinencia cuyos síntomas serían:
- irritabilidad,
- agresividad,
- insomnio,
- disminución de apetito,
- ansiedad,
- antojos y otros.
Es más, otro motivo para diagnosticar la dependencia es la necesidad de una persona enganchada a los porros de consumir para precisamente aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia. Esto viene provocado por que los tiempos en los que el organismo aguanta sin fumar son cada vez menores y por tanto, el consumidor necesita relajarse ante este cuadro de malestar.
3 – Desarrolla tolerancia
Las modificaciones que el consumo de la sustancia provoca en el cerebro hace que el organismo necesita reajustar los niveles de dopamina.
Esto da lugar a 2 fenómenos:
- por un lado el consumidor necesita fumar más dosis o más frecuentemente
- y por otro lado va a provocar que el resto de cosas que le gustaban a su cerebro ya no le produzcan placer. Puede llegar a producirse el síndrome amotivacional.
Estos dos últimos puntos, síndrome de abstinencia y tolerancia bastan para diagnosticar una dependencia.
4 – Entre el mito y la realidad
El consumo de porros es muy visible en nuestra sociedad: congresos internacionales, celebraciones multitudinarias, actividades de autocultivo promovidas por diferentes organizaciones, la proliferación de las tiendas grow shop o figuras como Bob Marley. Elementos que generan confusión y que han contribuido a mitificar esta droga otorgándole un halo de naturalidad o espiritualidad. Una realidad lejana a la que sufren jóvenes adictos que libran a diario la batalla para salir de las drogas.
- Mito: no crea adicción. Realidad: crea adicción. Alrededor del 10% de las personas que consumen marihuana desarrollarán la dependencia. La misma cifra que en el alcoholismo. Que algunas personas no desarrollen la adicción no es un argumento para decir que la marihuana no causa dependencia.
- Los sectores que promueven una legalización se basan en sus efectos terapéuticos. Argumento no válido porque prácticamente todas las drogas se pueden utilizar con fines farmacológicos. Esto no avala que sean menos dañinas.
- La defienden como sustancia natural. También el opio o del tabaco y nadie duda de su poder adictivo. Que sea natural no significa que sea inocuo para el organismo.
Por tanto, fumar porros sí tiene la capacidad de crear adicción. No es una droga blanda.