Centro de desintoxicación en Málaga

Dejar un antidepresivo puede generar dudas, miedo o incluso síntomas físicos inesperados. Muchas personas explican que, al suspender su medicación, aparecen mareos, insomnio, sensación de “gripe rara”, ansiedad o una especie de “descargas eléctricas” en la cabeza. Esto genera una pregunta frecuente: ¿cuánto tiempo dura el síndrome de abstinencia al dejar antidepresivos y cómo puedo gestionarlo?

En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber, basándonos en información médica, artículos de referencia y en la experiencia clínica del equipo de Cúvel Adicciones.

¿Qué es el síndrome de abstinencia por antidepresivos?

No se trata exactamente de una adicción como ocurre con el alcohol, las benzodiacepinas o la cocaína. En el caso de los antidepresivos hablamos de síndrome de discontinuación, que aparece cuando el cerebro se ha adaptado al medicamento y, al retirarlo de forma brusca, necesita tiempo para reajustarse.

Este fenómeno es más frecuente en medicamentos ISRS e IRSN como la sertralina, la paroxetina, el escitalopram, la venlafaxina o la duloxetina, según indican las guías farmacológicas.

Aunque no generan adicción en el sentido clásico, sí pueden provocar síndrome de abstinencia cuando se suspenden de forma brusca. Según el estudio de cómo dejar antidepresivos del Royal College of Psychiatrists, entre un tercio y la mitad de las personas que toman antidepresivos experimentan síntomas de discontinuación en alguna medida, lo que subraya la importancia de realizar una retirada gradual y supervisada.

Cuánto dura el síndrome de abstinencia al dejar antidepresivos

El síndrome de abstinencia suele durar entre una o dos semanas en la mayoría de las personas. Este periodo incluye el tiempo que tardan en aparecer los síntomas y el tiempo que tardan en disminuir. Lo habitual es que el malestar comience entre 24 y 72 horas después de la última dosis y vaya reduciéndose de manera gradual durante los días siguientes.

En algunos casos, sobre todo con antidepresivos de vida media corta como la paroxetina o la venlafaxina, el síndrome puede prolongarse más tiempo. Hay personas que experimentan síntomas durante varias semanas e incluso hasta dos o tres meses si la retirada ha sido brusca, la dosis era elevada o el tratamiento llevaba mucho tiempo en curso.

Aunque los síntomas concretos pueden variar, la duración del síndrome depende del organismo, del tipo de medicación y del ritmo de retirada. La mayoría atraviesa un proceso breve, mientras que los casos prolongados suelen estar relacionados con reducciones rápidas o tratamientos muy largos.

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¿Qué síntomas pueden aparecer?

Las guías clínicas suelen agrupar los síntomas de abstinencia bajo la regla FINISH, que incluye síntomas gripales, insomnio, náuseas, inestabilidad o mareos, sensaciones extrañas como descargas cerebrales e hiperactivación del sistema nervioso, que puede manifestarse como ansiedad, irritabilidad o inquietud.

Estos síntomas no suelen ser peligrosos, pero sí pueden resultar muy incómodos y llevar a confusión con una recaída depresiva. La diferencia suele apreciarse en la evolución, porque la abstinencia surge de forma rápida y con signos físicos concretos, mientras que la recaída aparece más gradualmente y repercute sobre todo en el estado de ánimo.

¿Por qué algunas personas sufren más abstinencia que otras?

La intensidad y la duración del síndrome de abstinencia dependen de varios factores. Entre ellos destacan el tipo de antidepresivo, la dosis, el tiempo que se ha tomado, la sensibilidad individual y, sobre todo, la velocidad de retirada. Reducir el medicamento de manera brusca aumenta notablemente la probabilidad de experimentar malestar.

También influyen aspectos como el estilo de vida, el nivel de estrés y el consumo de alcohol u otras sustancias. Este último punto es especialmente relevante en personas que recurren al alcohol para dormir, relajarse o aliviar la ansiedad mientras dejan el tratamiento, ya que esto puede intensificar o modificar los síntomas.

En este tipo de procesos hay aspectos fundamentales que pueden ayudarte a mantener la estabilidad emocional y uno de ellos es aprender cómo establecer una red de apoyo, algo que facilita sentirte acompañado y sostenido mientras avanzas.

¿Cómo dejar un antidepresivo de forma segura?

La recomendación principal es mantener siempre la seguridad. Nunca abandones la medicación por tu cuenta ni de forma brusca; la retirada debe ser progresiva y supervisada por un médico o un psiquiatra.

Si durante el proceso aparecen síntomas intensos, lo más adecuado suele ser volver a la dosis anterior y reducir a un ritmo más lento en lugar de forzar al cuerpo a soportar el malestar. En algunas ocasiones se utiliza fluoxetina como medicación puente, ya que su vida media más larga ayuda a que el proceso sea más progresivo.

También es importante elegir un buen momento emocional para iniciar la retirada y evitar etapas de estrés elevado o cambios vitales importantes.

¿Cuándo hay que pedir ayuda inmediata?

Debes buscar atención médica urgente si aparecen señales de alarma como:

  • Ideas de hacerse daño
  • Un deterioro brusco del estado de ánimo
  • Confusión severa o desorientación
  • Fiebre alta, rigidez muscular o síntomas físicos especialmente intensos

Estas situaciones requieren evaluación profesional inmediata.

¿Qué pasa si además consumes alcohol u otras sustancias?

En Cúvel es común ver personas que, además del antidepresivo, consumen alcohol, benzodiacepinas u otras drogas para dormir, relajarse o “paliar” los síntomas. Esto puede complicar notablemente el proceso, ya que dificulta la retirada del medicamento y genera una segunda dependencia que sí puede ser peligrosa y requiere tratamiento especializado.

Cuando coexisten ambas situaciones, la abstinencia puede prolongarse, hacerse más intensa y resultar difícil de manejar sin apoyo profesional. En estos casos, lo más recomendable es un abordaje integral dentro de un centro especializado en adicciones.

Un proceso que se transita mejor con apoyo

Cada proceso de retirada es diferente y no todas las personas viven la abstinencia del mismo modo. Algunas atraviesan unos días de malestar y otras necesitan más tiempo para recuperar el equilibrio. Lo importante es entender que no es un fallo personal, sino una reacción del organismo que requiere calma, acompañamiento y un plan adecuado.

Dejar un antidepresivo sin supervisión puede intensificar los síntomas y aumentar la ansiedad. Contar con apoyo permite saber qué esperar, ajustar el proceso y evitar recorrerlo en soledad.

En Cúvel Adicciones acompañamos estas situaciones de forma individualizada y trabajamos no solo la retirada del medicamento, sino el contexto emocional, el estrés asociado y, cuando existe, la relación con el alcohol u otras sustancias. El objetivo es avanzar con seguridad y sostén profesional.

Si sientes que este camino te supera, no tienes por qué afrontarlo sin apoyo. Puedes informarte sobre cómo trabajamos estos procesos o contactar con nuestro equipo para una primera orientación.

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