Centro de desintoxicación en Málaga

Descubrir que tu pareja consume drogas y lo ha hecho en secreto es un golpe difícil de digerir. No solo porque te sientes traicionado, sino porque de pronto dudas de todo: de tu intuición, de la relación, de si has vivido engañado o simplemente ciego. Lo normal es que aparezca un cóctel de emociones intensas (rabia, miedo, tristeza, culpa) y que tu cabeza no pare de preguntarse qué hacer ahora.

Lo primero es entender que este tipo de descubrimientos son más frecuentes de lo que parece. Muchas personas esconden el consumo por vergüenza, por miedo a decepcionar o porque aún no son capaces de reconocerlo. Según el Plan Nacional sobre Drogas (EDADES 2022), más de un 10 % de los adultos en España ha consumido drogas ilegales en el último año, siendo la cocaína la más habitual tras el cannabis. Sin embargo, la mayoría de quienes desarrollan un consumo problemático no piden ayuda ni lo reconocen. Estudios internacionales (NIAAA, 2023) muestran que solo una de cada trece personas con adicción llega a tratamiento. En la práctica, eso significa que miles de personas consumen en secreto, incluso dentro de una relación estable.

¿Cómo afecta una adicción a las drogas a la relación de pareja?

La adicción no solo transforma a quien consume, también altera el vínculo que lo rodea. El secreto, la mentira y la negación van resquebrajando la confianza poco a poco, y lo que antes era cercanía se convierte en distancia. Cuando uno de los dos empieza a ocultar, el otro empieza a sospechar, y la relación se llena de silencios, dudas y gestos que ya no se entienden igual. Cada salida, cada excusa o cada cambio de humor se vuelve una alerta.

El amor tampoco desaparece, pero cambia de forma. Las drogas distorsionan el estado de ánimo, y eso se nota en la convivencia: días en los que parece estar bien, seguidos de otros donde se encierra, evita hablar o reacciona con irritabilidad. No siempre es falta de cariño; a veces es simplemente el efecto de una sustancia que altera el equilibrio emocional. Sin embargo, quien está al otro lado lo vive como abandono, y el vínculo empieza a desgastarse.

A medida que pasa el tiempo, la relación se va llenando de responsabilidades desequilibradas. Quien no consume asume más peso, justifica ante la familia, intenta controlar lo que no puede controlar y acaba emocionalmente agotado. Por eso, en Cuvel Adicciones insistimos en algo fundamental: la pareja también necesita apoyo y tratamiento. No basta con que la persona que consume se recupere, sino que hay que reconstruir el vínculo, limpiar la culpa y devolver la calma a la relación. Solo así el cambio puede sostenerse en el tiempo.

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¿Cuándo debo actuar?

Descubrir que tu pareja consume drogas en secreto puede despertar la urgencia de hacer algo de inmediato: exigir explicaciones, pedirle que pare o tomar decisiones drásticas. Pero justo en ese impulso es cuando conviene bajar la velocidad. La forma en la que reacciones puede marcar la diferencia entre abrir una vía de diálogo o cerrar todas las puertas.

No decidas en caliente

Tras el impacto inicial, lo más importante es mantener la calma y protegerte. No necesitas resolverlo todo hoy ni tener respuestas para cada pregunta. Tómate unos días para procesar lo ocurrido y entender cómo te sientes. La mezcla de rabia, decepción y miedo es normal, y dejar que esas emociones se asienten te ayudará a pensar con claridad.

Poner distancia no es rendirse. Es darte espacio para respirar, analizar la situación y proteger tu bienestar emocional. Si hay hijos o notas comportamientos que te generan inseguridad, esa distancia se vuelve aún más necesaria.

Elegir el momento adecuado

Actuar no significa confrontar cuando todo está a flor de piel. Significa elegir el momento y el tono correctos. Hablar con alguien bajo los efectos o en plena negación solo servirá para aumentar la tensión. Espera a un momento de sobriedad y tranquilidad. Habla desde los hechos (“he visto esto”, “he notado aquello”) y desde tu preocupación genuina. La idea no es ganar una discusión, sino abrir un espacio donde la verdad tenga sitio.

Evita el tono acusador o las frases absolutas. En vez de “me has destrozado la vida”, prueba con “me ha dolido descubrirlo y necesito saber qué piensas hacer”. Este tipo de comunicación reduce las defensas y facilita que escuche.

Si lo niega o lo minimiza

La negación no es una falta de amor ni una provocación. Es parte del propio mecanismo de la adicción. Cuando ocurra (porque casi siempre ocurre), no te enganches en el debate. Mantente firme, sin elevar el tono ni suplicar. Una frase clara y serena como “Ya he visto suficiente y necesito que te pongas en manos de profesionales” suele tener más efecto que cualquier sermón.

Si sientes que el diálogo se bloquea o que no sabes cómo seguir, no lo afrontes solo. Existen intervenciones planificadas, guiadas por terapeutas especializados, que ayudan a romper la negación sin convertir la charla en una batalla. En nuestra clínica de desintoxicación acompañamos precisamente ese momento: cuando el entorno quiere ayudar, pero no sabe cómo hacerlo sin romper más cosas de las que intenta arreglar.

Cómo ayudar a tu pareja sin perderte en el intento

Cuando descubres que tu pareja consume drogas, es fácil dejarte llevar por el impulso de intentar solucionarlo todo: discutir, esconder las pruebas, pedirle promesas o incluso protegerlo para evitar que otros se enteren. Pero esas reacciones, aunque nazcan del amor, suelen acabar agotándote y reforzando el problema.

Ayudar de verdad empieza por aceptar que no puedes controlar lo que el otro hace, pero sí puedes decidir cómo responder tú. No entres en discusiones en caliente ni hables cuando esté bajo los efectos de la sustancia; elige un momento de calma y habla desde la preocupación, no desde el reproche. Las frases directas y sinceras, sin dramatismos, abren más puertas que los discursos largos o las amenazas.

Tampoco intentes ser su salvador. Cubrir deudas, justificarlo o mentir por él o ella puede parecer un acto de amor, pero en realidad retrasa el momento en que asuma la necesidad de ayuda profesional. Poner límites claros (sin castigar ni gritar) es una forma mucho más efectiva de acompañar. Decir “te apoyaré si buscas ayuda, pero no mientras sigas consumiendo” marca la diferencia entre rescatar y ayudar.

Si en algún momento tu pareja se muestra receptiva, no dejes pasar la oportunidad. Ofrece apoyo, pero con una dirección concreta: concertar una cita profesional, informarse sobre tratamientos o acudir juntos a un centro especializado. En Cuvel Adicciones ayudamos a dar ese paso, ofreciendo acompañamiento tanto a la persona que consume como a quien convive con ella. A veces, lo que más ayuda no es insistir, sino mostrar que existe un camino para salir de ahí.

Y mientras eso ocurre, no te olvides de ti. Cuidarte, hablar con un psicólogo o pedir orientación no es egoísmo; es la única manera de mantenerte fuerte para cuando llegue el momento de acompañar el cambio.

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Llámanos