Cuando alguien empieza a plantearse pedir ayuda para dejar una adicción, hay una pregunta que casi siempre aparece al principio del proceso: “¿Cuánto tiempo voy a tener que estar en un centro?”. Y es completamente normal. Cambiar de entorno, estar fuera de casa o simplemente dar ese paso da respeto. Pero lo cierto es que no hay una única respuesta. El tiempo que una persona permanece en tratamiento depende de muchas cosas, y no todas tienen que ver con la droga en sí.
En este blog vamos a explicarte los principales factores que influyen, los tipos de tratamiento más comunes y, sobre todo, qué puedes esperar (más allá de una cifra cerrada) cuando tú o alguien cercano decide empezar un proceso de recuperación.
No todos los tratamientos son iguales
Cada persona llega al centro con una historia distinta. Algunas con años de consumo detrás. Otras, tras varios intentos fallidos. Hay quien llega forzado por una situación límite, y hay quien lo hace con ganas pero sin saber por dónde empezar.
Por eso mismo, no hay un tiempo “estándar”. Lo que sí existen son etapas comunes por las que se suele pasar, aunque se adapten a cada caso:
Fase inicial: es el momento en el que el cuerpo y la mente comienzan a desprenderse de la dependencia física y psicológica. Esta etapa es clave para estabilizarse y preparar el camino hacia los siguientes pasos.
Deshabituación: aquí se trabajan los hábitos, pensamientos y emociones asociados al consumo. Es donde se empiezan a construir herramientas reales para afrontar la vida sin recurrir a la adicción.
Reinserción o seguimiento: centrada en recuperar la vida cotidiana, pero con acompañamiento. Se fortalece lo aprendido para poder enfrentarse a situaciones reales sin recaídas
Cada una de estas fases tiene su tiempo, y no todas se hacen necesariamente en régimen interno. Hay pacientes que comienzan ingresados y luego continúan el tratamiento de forma ambulatoria, y también hay quienes no necesitan estar internos.
¿De qué depende el tiempo que pase en un centro de desintoxicación?
Aunque parezca una frase hecha, es real: depende de muchos factores. Aquí te explicamos los más importantes:
1. Tipo de sustancia
No todas las drogas generan el mismo nivel de dependencia, ni tienen los mismos efectos en el cuerpo y la mente. Por ejemplo:
- Alcohol: suele requerir un abordaje más largo, porque es una droga muy integrada en lo social y su dependencia puede pasar desapercibida durante años.
- Cocaína: provoca un enganche muy potente a nivel psicológico, pero no genera un síndrome de abstinencia físico tan fuerte como el alcohol o los opiáceos. Aun así, el proceso de deshabituación puede ser largo.
- Cannabis: suele tratarse de forma ambulatoria, pero cuando hay un consumo crónico o empieza a afectar a la rutina, también puede requerir ingreso.
- Benzodiacepinas o heroína: necesitan una desintoxicación médica y supervisada más lenta, ya que cortar de golpe puede ser peligroso.
2. Años de consumo
No es lo mismo una persona que lleva 6 meses enganchada que otra con 15 años de adicción. Los mecanismos mentales, las justificaciones, el autoengaño, las recaídas anteriores… todo influye.
3. Apoyos externos
Aquí entra en juego si la persona tiene familia implicada, si su entorno ayuda o complica las cosas, si cuenta con un empleo o una rutina que pueda mantener… Todo esto puede facilitar (o alargar) el proceso.
4. Estado emocional y diagnóstico
Muchas veces, detrás de una adicción hay problemas de ansiedad, depresión o incluso trastornos que no han sido tratados. Si es el caso, se necesita más tiempo para abordar ambos frentes.
¿Cuánto tiempo medio se pasa en una clínica de desintoxicación dependiendo del tipo de sustancia?
Si nos vamos a los datos más realistas, las medias pueden orientarte un poco. Basándonos en nuestra experiencia y en lo que indican estudios de seguimiento:
- Alcohol: entre 3 y 6 meses de tratamiento intensivo (con o sin ingreso), más un seguimiento posterior.
- Cocaína: suele requerir entre 2 y 4 meses de tratamiento activo, aunque el seguimiento puede durar un año o más.
- Heroína y opiáceos: desintoxicación de entre 2 y 4 semanas, más un tratamiento posterior de mínimo 6 meses.
- Cannabis: tratamiento ambulatorio de entre 2 y 4 meses, salvo casos más complejos.
- Benzodiacepinas: retirada lenta, a veces durante varios meses, con tratamiento psicológico en paralelo.
Por supuesto, esto son medias. Hay personas que evolucionan muy rápido y otras que necesitan más tiempo para asentar los cambios. Y no pasa nada. El proceso de recuperación no es una carrera ni una competición.
Más allá del número: lo importante es cómo te vas
Hay una idea equivocada que a veces circula: que cuando terminas el tratamiento, ya está. Pero la verdad es que salir del centro no significa estar del todo preparado.
Lo más importante no es cuántos días pasas dentro, sino cómo sales: si has aprendido a identificar lo que te lleva a consumir, si sabes gestionar los momentos de riesgo, si cuentas con apoyo cuando llegan los días difíciles.
Por eso siempre hablamos de “proceso”, no de “tiempo cerrado”. Porque cuando uno empieza un tratamiento, está empezando una nueva forma de vivir, y eso requiere práctica, acompañamiento y constancia.
En Cúvel Adicciones no hablamos de tiempo, hablamos de personas
En nuestro centro hemos acompañado a cientos de personas con historias muy distintas. Algunas han necesitado semanas, otras meses, otras han hecho varios intentos hasta dar con el enfoque que les funcionaba. Y todas, absolutamente todas, han contado con un trato cercano, profesional y adaptado a lo que realmente necesitaban.
Sabemos que preguntar cuánto vas a estar es algo natural. Y te ayudaremos a resolver esa duda desde el primer día, pero siempre desde la realidad, sin promesas vacías ni falsas expectativas. Porque lo que queremos es que cuando llegue el momento de salir, lo hagas sintiéndote fuerte, estable y acompañado.
¿Estás pensando en empezar un tratamiento y quieres saber más? En Cúvel Adicciones estamos para ayudarte desde ya. Llámanos, cuéntanos tu caso y valoramos contigo el camino más adecuado. No estás solo.