La cocaína es un potente estimulante sumamente adictivo que afecta directamente al cerebro. Fue muy popular en las décadas de los ochenta y los noventa, sin embargo, no es una droga tan nueva, sus hojas se llevan ingiriendo desde hace miles de años mientras que sus principios activos se llevan consumiendo desde hace algo más de 100. Te contamos todo acerca de la cocaína en este artículo.
¿Qué es la cocaína?
Es un alcaloide que se obtiene extrayéndolo de las plantas de la coca, originalmente de la planta de algunos países de América del Sur del género Erythroxylum.
Clasificada como estimulante del sistema nervioso central, es una droga muy adictiva y tóxica. Por eso se ilegalizó.
En el mercado se presenta de tres maneras diferentes:
- Pasta base, sulfato de cocaína. Conocida como “basuco” en la calle. Extracción de las hojas de la planta mediante ácido sulfúrico e hidrocarburos.
- Clorhidrato de cocaína. Polvo blanco cristalizado como resultado de refinar la pasta base. La forma más usual de venta. Se toma normalmente inhalada por vía nasal o por inyección intravenosa.
- El crack, piedras cristalinas de color amarillento que se procesan desde la pasta base con amoniaco y bicarbonato sódico y agua. Después se calientan para eliminarlo y da como resultado una sustancia que se puede fumar. El nombre de crack viene por el sonido crujiente que hacen los cristales al fumarse. Más económica que en polvos.
Historia de la cocaína
Es uno de los estimulantes más antiguos que se conocen y tiene siglos de historia. Ya los incas la utilizaban mascando las hojas de la planta para contrarrestar los efectos de la falta de aire en las altas montañas donde residían.
Esta droga fue sintetizada por primera vez por un químico alemán Albert Niemann en 1859 y en 1880 se hizo popular en la comunidad médica siendo incorporada a diferentes tipos de elixires, jarabes y tónicos. Una vez que apareció en forma de clorhidrato, en sales para ser esnifadas, empezó a popularizarse.
Médicamente, durante el siglo XIX, ha tenido una serie de usos como anestésico local, como analgésico y vasoconstrictor. Empezó a utilizarse como anestésico local en operaciones oculares y también para desintoxicar de la adicción a la morfina.
También ha contado históricamente con grandes seguidores como el creador del Psicoanálisis Sigmund Freud cuando entonces sufría de melancolía y fatiga crónica. Sus artículos contribuyeron a la popularización de esta sustancia.
Actualmente es el principio activo de muchos fármacos. Sin embargo es la droga ilegal que más personas envía a urgencias y detrás de la mayor demanda de admisión a tratamiento para superar una adicción.
Aún así, es una droga ilegal muy consumida en España.
¿Por qué se consume?
La cocaína es consumida por los efectos considerados positivos que tiene en un primer momento. Produce una oleada de euforia con sensación del aumento de control y una mejora de las capacidades.
Se toma como droga recreativa. El consumo de cocaína se puso muy de moda en los años 90 en la escena nocturna de discotecas. Básicamente porque quita el sueño, el cansancio y el apetito y permite estar horas de marcha.
Por los mismo motivos, se toma para aguantar horas trabajando y estar despierto. Hay profesiones más propensas, por largas jornadas de trabajo, turnos que alteran el ciclo de sueño, por la necesidad de estar en estado de alerta o anestesiarse ante el dolor del esfuerzo.
Pueden ser diferentes los motivos que llevan al consumo de este estupefaciente, pero se repite su uso principalmente porque la cocaína tiene un gran potencial adictivo.
También hay personas que lo hacen porque tienen algún trastorno psicológico enfermedad psiquiátrica.
Síntomas del consumo de cocaína
Los síntomas se deben a que es un estimulante y perturbador del sistema nervioso central. Por tanto, depende de la dosis, ya que un primer consumo puede resultar fatal.
Los efectos en dosis bajas se resumen en una sensación de bienestar, que solo es una ilusión. El consumidor suele sentir:
- Pérdida de apetito
- Ausencia de fatiga
- Pérdida de sueño
- Exaltación del estado de ánimo, normalmente con verborrea
- Euforia
- Sensación de bienestar
- Incremento de la autoestima
- Percepción de control y dominio
- Sensación de mayor rendimiento físico y mental
- Gran vitalidad
- Aumento del deseo sexual
Sin embargo, para mantener este estado hay que repetir constantemente el consumo. Si quieres saber si alguien toma esta droga, lee nuestro artículo: «Síntomas de alguien que consume cocaína«.
Físicamente produce una aceleración del ritmo cardíaco y energía, aumenta la temperatura corporal, dilatación de pupilas, sudoración, nerviosismo o taquicardia, sequedad de garganta, alteración de los reflejos, dolores de cabeza o mareos.
Consumirla por primera vez también es peligroso porque expone a la persona a una sobredosis, intoxicación por cocaína, con temblores, convulsiones, fiebre, pérdida del contacto con la realidad, psicosis, o muerte por diferentes causas como un infarto de miocardio o cerebral.
Es un neurotóxico que daña el funcionamiento cerebral. Y provoca enfermedades graves, ya que afecta a órganos vitales como el corazón, el hígado y el cerebro, trastornos mentales y de la personalidad.
La cocaína enseña al cerebro
La explosión de euforia e hiperactividad que produce la cocaína en unos primeros momentos de su consumo se debe a la enorme activación de las neuronas porque altera el sistema nervioso central.
La cocaína piratea el sistema de comunicación que tiene el cerebro y provoca un aumento de la dopamina muy superior al normal. Un neurotransmisor que se identifica con el placer y del que dependen la motivación, la atención, la dedicación y otras funciones.
Por otro lado, el consumo afecta también a otras áreas del cerebro implicadas en la toma de decisiones, en el control de los impulsos, en la la capacidad de razonar y en la memoria y aprendizaje.
O sea, que al descontrol en el funcionamiento de la dopamina le añadimos que el cerebro registra como un recuerdo emocional placentero el acto de drogarse, lo aprende muy bien y quiere repetirlo.
Cuanto más lo hace, más profundo queda aprehendido en su registro de memoria. Por tanto, el abuso de la sustancia es lo que produce la adicción.
Es cierto que la cocaína enseña al cerebro a drogarse, porque provoca un daño en el funcionamiento y estructura del mismo. Esta función que podríamos llamar didáctica se ha demostrado con avances de neurociencia e imágenes sofisticadas de la actividad cerebral y con experimentos en ratas de laboratorio.
La mezcla con el alcohol
La mayoría de consumidores de cocaína tiene un patrón de consumo combinado con alcohol. Las dos sustancias mantienen una especie de equilibrio ya que contrarrestan los síntomas negativos la una de la otra. Por tanto el consumidor recibe una falsa sensación de que no está intoxicado por ninguna de las dos.
Por un lado, la cocaína disminuye el efecto de somnolencia que produce el consumo excesivo de alcohol y por otro lado, el etanol y su capacidad de sedación se utiliza para bajar la excesiva euforia de la cocaína.
Se haga de una manera más o menos consciente y sea cual sea el patrón de consumo, el resultado es mucho más peligroso que tomar solo una de las dos sustancias. Y es que la combinación de alcohol y cocaína produce un metabolito en el hígado llamado cocaetileno.
El cocaetileno es una sustancia neurotóxica con graves consecuencias en el organismo porque además su efecto es más intenso y más prolongado, por lo tanto tiene tiempo para causar más daño.
Asimismo, tiene un mayor potencial adictivo e implica un número mayor de riesgos para la salud. Puede provocar muerte súbita.
La cocaína en el trabajo
Hay trabajadores que se acercan a la cocaína para poder soportar las jornadas maratonianas laborales, para rendir más, para aguantar más horas y estar más activo. Además de por otros valores que se le conceden a esta droga como son:
- Mejorar la socialización para captar clientes alternar con ellos
- Pérdida de timidez ya que desinhibe y da verborrea.
- Sensación de seguridad ante por ejemplo presentaciones, defensa de proyectos, tomar la palabra en reuniones, posicionarse, dar la opinión.
- Se asocia como valores como el éxito empresarial
- Se asocia con virtudes como la creatividad, ideación de proyectos y éxito social
- Fuerte autoestima
- Resistencia ante la presión
- Rendir al 200%
Por todos estos factores que se le atribuyen y que en su mayoría no son ciertos sino falsas sensaciones, se puede llegar a tomar cocaína en el trabajo. Además recordemos que disminuye la sensación de cansancio, de dolor, de sueño, quita el apetito y aumenta la concentración.
Pero esto es muy pasajero, porque además de que la cocaína pierde su efectividad, y cuanto más se aumente el consumo peor será el rendimiento a nivel profesional y personal.
Por último, las personas desarrollarán problemas laborales por:
- Malas relaciones con los demás
- Por inestabilidad emocional
- Cambios de humor repentinos
- Aumento de la agresividad
- Nerviosismo y la hiperactividad, y es que literalmente se va como una moto
Y por supuesto, afectación de todas las funciones cognitivas que harán que no pueda rendir ni trabajar correctamente.
Cómo detectar esta adicción
La adicción a la cocaína se detecta por:
- Pérdida de control sobre la decisión de cuándo empezar y cuándo dejar de consumir.
- Evidencia de un deseo intenso de consumir la sustancia.
- Una conducta de búsqueda de la droga que sobresale por encima de otras actividades o responsabilidades. Le dedica más tiempo y más recursos.
- Intentos de reducir o abandonar el consumo sin éxito.
- Hábito de consumo estereotipado, una rutina o se ha diseñado un patrón como modo de vida.
- Consume a pesar de ser consciente de que es perjudicial para su salud y que le está trayendo problemas.
- Sigue tomando a pesar de que le está perjudicando psicológicamente y se encuentra mal anímicamente.
- Consume para aliviar los síntomas que el síndrome de abstinencia le provoca. Los tiempos son más cortos y cuando la persona deja de consumir durante unos días o horas, tendrá un cuadro de síntomas muy negativos.
- Normalmente un adicto protege su consumo ya que es un trastorno en el que su cerebro interpreta que necesita esa sustancia. Por tanto buscará la excusa de los problemas siempre en otras cosas y negará el problema.
El comportamiento de un adicto es muy característico. Si quieres ayudar a alguien a reconocer esta adicción, te recomendamos este artículo: «Cómo detectar una adicción a las drogas«.
Conclusión
No se puede controlar ningún tipo de consumo de esta droga. Al final, con cualquier mala situación, mala racha, un momento de bajón, etc., ese consumo esporádico puede convertirse en algo habitual. Y esa rutina acaba con una adicción que destroza la vida tanto del adicto como de las personas que se encuentran a su alrededor.
No caer en una adicción es más fácil que salir de ella. Hay que actuar a tiempo antes de que esta enfermedad crónica agrave al adicto y a su familia. Por ello te recomendamos que si tú o algún ser querido consume drogas, lo pares a tiempo. Si crees que solo/a no puedes conseguirlo, ponte en contacto con profesionales. Están para ayudarte.